Un baño para cada tipo de familia: Familia Onix+
Todas las semanas me encuentro trabajando con números en diferentes ciudades del mundo, visitando oficinas diversas, saludando caras conocidas y probando camas de distintos hoteles. Me encanta que mi trabajo me permita indagar en varias culturas, gastronomías y lugares que quizá de otro modo no podría llegar a conocer. Adoro aquello que hago, pero es verdad que en ocasiones añoro mi casa, mi hogar. Es por eso por lo que he convertido mi apartamento en mi refugio, en el espacio en el que poder descansar, desconectar y ser fiel a mí mismo.
Cada vez que vuelvo de un viaje de negocios, lo primero que hago, tras vaciar mi equipaje de mano, es darme una ducha con hidromasaje. Pongo un poco de rock clásico en mi Spotify, me relajo y empiezo con mi ritual de aseo. Un buen y apurado afeitado frente a mi espejo antivaho, un poco de after shave, algún que otro gallo mientras intento imitar a Axl Rose cantando Sweet Child O’ Mine y las cremas antiaging, ya que uno debe empezar a cuidarse una vez entrado a la treintena. La edad no perdona y solo nosotros podemos tomar medidas y mimarnos.
Esos momentos en el baño me dan la vida. Consigo recargar las pilas y volver a querer comerme el mundo entero. Los chakras se alinean de nuevo dentro de mí y la energía fluye. Todo es posible de hacer, de conseguir y de plantar cara. Nada es imposible. Ese es mi mantra.
Firmado el Gurú de los negocios financieros
Carlos