Baños para los niños de la casa
¿Os acordáis de vuestro baño cuando erais pequeños? ¿Os gustaba pasar tiempo en él? En ocasiones, cuando éramos niños, el baño no nos parecía el lugar más acogedor ni divertido del mundo, más bien lo veíamos como una habitación aburrida, sin gracia alguna. Solo nos gustaba pasar tiempo en él si a la hora de ducharnos nos dejaban llenar la bañera de agua y jabón y nos zambullíamos en ella con nuestros juguetes.
Tener un baño adaptado para los más pequeños de la casa es ideal para que puedan sentirse más independientes, pensar que tienen un espacio de la casa que los definen, además de sus habitaciones, y disfrutar del tiempo que pasan en el baño. ¿Cómo conseguimos tener baños divertidos adaptados para los niños de la casa?
Hay que tener la estancia con colores vivos para que aporten alegría, calidez y bienestar. Estos toques coloridos los podemos incorporar en las paredes o en el suelo, pero sin llegar a sobrecargarlo en exceso.
En cuanto al mobiliario, debe de ser funcional, de fácil apertura y con espacio donde poder albergar todos los enseres y pequeños juguetes de los niños de manera organizada. Colocar los muebles de baño a la altura de ellos es lo más oportuno para que puedan sentirse independientes, pero en caso de no ser posible, hay que tener un taburete para que puedan llegar a lavarse los dientes sin complicaciones. Así se sienten más mayores.
Si todavía nos falta espacio de almacenaje, combinar el mueble de baño con columnas de la misma colección siempre es una buena opción: obtenemos sitio para guardar las cosas sin que queda nada desordenado ni innecesario a la vista, y no le restamos espacio al cuarto de baño.
Los accesorios del baño como las toallas, los portacepillos de dientes y los dispensadores de jabón, entre otros, deben de ser juveniles, graciosos y coloridos para que vayan acorde con el resto de los componentes.
Con todo esto lograremos que los más pequeños de la casa vean su baño como un lugar placentero en el que quieran pasar tiempo y donde se sientan cómodos, libres e independientes. Seguro que más de un papi acaba pasando más tiempo en el baño de los niños jugando con sus hijos que en el suyo propio, ya que la diversión es mayor si es compartida.