Un baño para cada tipo de familia: Familia Sansa
Desde el momento en el que nacimos hemos hecho todo juntas. Hemos crecido en la misma habitación de paredes de color rosa palo, nos hemos peleado por los mismos peluches, sobre todo por Mr. Whiskers porque era el más suave y achuchable para dormir, hemos ido al mismo colegio desde chiquititas y si castigaban o reñían a una, a la otra también, ya que lo nuestro era cometer travesuras y fechorías juntas, tenemos el mismo grupo de amigos desde que íbamos a parvulitos, y la pasión por el deporte siempre la hemos llevado en la sangre. Somos uña y carne, inseparables. Somos como Zipi y Zape, aunque algo menos traviesas.
La verdad es que hemos aprendido a compartir todo lo que nos rodea, y aunque tengamos gustos diferentes o hayamos decidido cursar carreras distintas, Inés se ha centrado más en la rama tecnológica de las ingenieras y yo en la artística de Bellas Artes, nos encanta disfrutar del tiempo juntas. Somos hermanas gemelas, pero sobre todo amigas, confidentes, cómplices.
Para nosotras nuestro momento del baño es sagrado. Nuestros padres saben que cuando estamos encerradas en nuestro baño no nos pueden interrumpir porque es el momento de los cotilleos y de las confesiones. Mientras hacemos nuestros rituales de belleza o nos podemos mascarillas de los villanos de Disney, aprovechamos para ponernos al día y pedirnos consejo sobre alguna que otra situación. Esos momentos son mágicos para nosotras. Podemos tirarnos horas encerradas en el baño hablando mientras nos pitamos las uñas, nos probamos todos los pintalabios o nos cepillamos el pelo ideando nuevos peinados.
Nuestro baño es sin duda nuestro refugio, el lugar donde nuestra intimidad es respetada. Menos mal que nuestros padres eligieron cambiarnos el mueble de baño y ponernos un Sansa de tres cajones donde guardar todo nuestro arsenal de cosmética con el que nos entretenemos mientras no paramos de darle el pico.
Firmado Pili y Mili
Inés y Celia